Diversas actividades empresariales están obligadas a presentar un Plan de Gestión de Disolventes. Este Plan es el reflejo de una buena gestión de residuos de este tipo, algo fundamental para reducir la emisión de compuestos orgánicos volátiles (COV) a la atmósfera. Estos compuestos contribuyen a la formación del llamado smog (unión de dos palabras inglesas: smoke o humo y fog o niebla) fotoquímico.
El smog fotoquímico, o contaminación fotoquímica, es el resultado de un proceso muy complejo que implica centenares de reacciones químicas diferentes, sufridas por decenas de compuestos. Los principales contaminantes son los óxidos de nitrógeno, los hidrocarburos ligeros no quemados, ácido nítrico o peróxido de hidrógeno, entre otros. Esos compuestos interaccionan con la luz solar y sus radicales libres, que son los que inician los procesos químicos que darán lugar al smog fotoquímico.
Plan de gestión de disolventes
De ahí la importancia de contar con un Plan de Gestión de Disolventes, dentro de una buena gestión de residuos, en actividades industriales como el recubrimiento y pinturas, industria farmacéutica, tintas de impresión, adhesivos, cosmética, fabricación de polímeros/caucho, limpieza de superficies o laminación de madera y plástico, entre otras. Este Plan debe presentarse ante la administración competente para verificar el cumplimiento de la legislación vigente.
Existen dos reales decretos que recogen la necesidad de una buena gestión de residuos de este tipo en estas industrias, para evitar o reducir los efectos directos o indirectos de las emisiones de los compuestos orgánicos volátiles sobre el medio ambiente y la salud de las personas. Son el Real Decreto 117/2003, sobre limitación de emisiones de compuestos orgánicos volátiles debidas al uso de disolventes en determinadas actividades y el Real Decreto 227/2006, por el que se complementa el régimen jurídico sobre las emisiones de compuestos orgánicos volátiles en determinadas pinturas y barnices y en productos de renovación del cavado de vehículos.
En la Comunidad Valenciana las actividades industriales afectadas por estos decretos deben estar inscritas en el registro de instalaciones y cada año presentar el Plan de Gestión de Disolventes del año precedente antes del 28 de febrero. Con este plan se persiguen diversos objetivos:
- Verificar el cumplimiento de los valores límite de emisión, de los requisitos del sistema de reducción o de la aplicación de las mejores técnicas disponibles.
- Identificar nuevas opciones de reducción de emisiones.
- Ofrecer la información sobre el consumo de disolventes y límites de emisión.
- Contar con industrias más limpias y menos contaminantes.
Para ello hay que calcular las emisiones en chimenea, informar del contenido de disolventes en residuos así como sobre el equipo de depuración utilizado y analizar los disolventes contenidos en los productos. Además se debe incluir una descripción de la metodología utilizada para la elaboración del Plan para que el órgano competente pueda analizar y evaluar la información.
Como ocurre con otros planes y trámites administrativos para cumplir con la legislación vigente en materia de medio ambiente es importante contar con un buen asesoramiento medioambiental en Valencia. Este asesoramiento medioambiental le ayudará a calcular los datos, realizar las mediciones e identificar dónde se puede reducir las emisiones.