En la actualidad la gestión de los residuos peligrosos no debería considerarse un tema tabú, ya que forman parte de nuestro día a día. Los residuos peligrosos se generan en nuestras casas de manera habitual. Las pilas de botón, los botes de pintura o el aceite usado de motor son ejemplos de residuos peligrosos que podemos encontrar en nuestros garajes. En este caso contamos con los Ecoparques municipales, que llevan a cabo una gran labor como gestores a escala local.
Leonardo, gestores de residuos peligrosos
Con los residuos peligrosos industriales ocurre lo mismo. Se generan todos los días y los productores (las industrias) deben gestionarlos adecuadamente, de tal manera que no puedan afectar negativamente al ser humano y al medio ambiente que nos rodea. A diferencia de los residuos no peligrosos, los peligrosos siempre pueden conllevar determinados riesgos que debemos conocer. Por ello es vital su adecuada caracterización antes de transportarlos y gestionarlos.
Nuestra labor como gestores de residuos es la de transportar y tratar (almacenar, valorizar, eliminar) adecuadamente aquellos residuos peligrosos por lo que estamos autorizados a gestionar, según el código LER (Lista Europea de Residuos) y las operaciones de tratamiento que nos haya asignado la administración autonómica.
Cuando una empresa potencial se pone en contacto con nosotros, lo primero que hacemos es solicitarle el Libro de Residuos. Se trata de un archivo cronológico en el que se incluyen todas las recogidas que se han llevado cabo, indicando campos como el código LER, matrícula, fecha de recogida, descripción del residuo, etc.
Este documento es obligatorio para todos los productores de residuos. Y debe ser accesible de cara a posibles inspecciones, junto con el resto de documentación para verificar las recogidas (documentos de control y seguimiento, albaranes y cartas de porte). De esta manera podremos conocer el volumen anual aproximado y si se trata de un pequeño o de gran productor (más de 10 toneladas anuales) de residuos peligrosos. Puede pasar que nuestro cliente potencial no siempre disponga de esta información. En tal caso la podemos obtener haciendo cálculos aproximados, según la actividad y tamaño de la empresa.
Posteriormente, concertamos una visita presencial para conocernos y revisar el estado del almacenamiento de los residuos peligrosos. En el caso de grandes volúmenes, suele ser conveniente tomar varias muestras para poder valorar los costes de gestión mediante análisis de laboratorio. Para ello nos enfundamos los guantes, nuestras gafas y el mono protector para poder obtener la muestra con las máximas garantías de seguridad e higiene. Somos bastante minuciosos en esta fase puesto que hay residuos cuya peligrosidad sí es elevada y podemos poner en riesgo nuestra integridad.
Continuará…
