Vivimos en un mundo en el pagamos por lo que consumimos: el agua, la luz, la calefacción… y bajo este principio surgen los sistemas de pago por generación de residuos: quien contamina, paga. Estos sistemas permiten atribuir a cada usuario un coste acorde con la cantidad real de residuos generados. Es decir, que quienes menos reciclen y más ensucien pagarán una cantidad mayor y los que menos lo notarán en el bolsillo.
Está considerado un sistema más justo, se paga solo por lo que no se recicla. Además este sistema contribuye a sensibilizar a los productores de residuos y ciudadanos a lograr una reducción global de los residuos que generan, a mejorar las tasas de recogida selectiva y así aumentar las tasas de reciclado y valorización, al tiempo que permite controlar los costes de gestión por la mejora y optimización de la recogida.
Pago por generación de residuos
La implantación de este sistema de pago por generación de residuos en España está impulsada por Ecoembes, que considera que con ello se podría garantizar el cumplimiento de los objetivos de la Unión Europea para 2020 en materia de recogida y reciclaje de residuos municipales. Sin embargo, su llegada a los municipios españoles va lenta. Solo algunas localidades de Cataluña, Canarias, Baleares y País Vasco han apostado por este sistema en la gestión de residuos. Todavía estamos muy lejos de lo que ocurre en otros países de la Unión Europea como Austria, Francia, Finlandia, Suecia, Irlanda y sobre todo Bélgica, donde el 91% de los habitantes recicla y tienen interiorizado este sistema. Y con muy buenos resultados. Por ejemplo, en algunos casos se ha logrado prevenir la generación hasta en un 20%, la recogida selectiva ha aumentado entre un 30% y un 170% y se han alcanzado niveles del 80% en la tasa de reciclaje, una cifra superior al 50% exigido por Bruselas para 2020.
Para llevar a cabo este sistema de pago por generación de residuos la clave está en la introducción de la tecnología, tanto para identificar a cada generador de residuos con una tarjeta o un chip como para conocer los residuos que cada uno genera y planificar rutas. Una alternativa es que el contenedor sea cerrado y solo pueda abrirse con la tarjeta identificativa. Además, deberá contar con unos sensores para pesar los residuos y así poder aplicarle la tasa de gestión de residuos adecuada. Estos contenedores inteligentes también deberían estar dotados de sensores de llenado, que emitirían una alerta cuando alcancen una determinada capacidad, para que la empresa de recogida vaya a retirarlo. De esta manera se podría planificar mejor las rutas y optimizar la recogida. La otra alternativa posible consiste en el que se conoce como puerta a puerta, con cubos de basura individuales gracias a unos chips que llevan incorporados.
Los expertos coinciden en que para aumentar la tasa de reciclaje en España (un 30%, según Eurostat), el camino pasa por el pago por generación y el ejemplo de Europa demuestra que funciona. Solo así podremos cumplir con los objetivos exigidos por Bruselas y cuidar el medio ambiente. No hay que olvidar que el mejor residuo es el que no se genera. O, al menos, el que se gestiona de forma selectiva.
Leoardo, el arte de gestionar residuos