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En la actualidad, las empresas de gestión de residuos sólidos urbanos (RSU) se ven obligadas a desechar en vertedero aquellos rechazos que no se pueden tratar o reciclar adecuadamente. Un consorcio de empresas y centros de investigación liderados por URBASER y formado junto a CEMEX, APPLUS, ITENE y CIEMAT, está investigando en el proyecto “proCSR” nuevas tecnologías de acondicionamiento de estos rechazos procedentes del tratamiento de RSU para su conversión en energía aprovechable para procesos productivos.
En concreto, en las plantas de tratamiento de residuos se intentan recuperar todas las fracciones valorizables presentes en los RSU (metales, envases plásticos, etc), y al mismo tiempo la materia orgánica se separa para ser destinada a procesos biológicos (biometanización o compostaje).
Así pues, al final del proceso queda un rechazo, que supone cerca del 68% del total de los RSU gestionados en una planta convencional, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino. De este rechazo generado, el 65% procede del pretratamiento de la fracción inerte y el 35% procede del rechazo generado en el tratamiento de la materia orgánica (compostaje).
En este marco, un consorcio de empresas y centros de investigación liderados por URBASER y formado junto a CEMEX, APPLUS, ITENE y CIEMAT, está investigando en el proyecto “proCSR” nuevas tecnologías de acondicionamiento de estos rechazos procedentes del tratamiento de RSU para su valorización energética.
En concreto, el objetivo de esta iniciativa es obtener con ello un Combustible Sólido Recuperado (CSR) de óptima calidad y características continúas para su uso en aquellos sectores con alto poder de aplicación.
En concreto, el principal mercado al que se dirige este proyecto es la industria cementera, dado que es uno de los sectores que más energía demanda y con un alto poder de aplicación del combustible sólido recuperado. Aquí, los costes energéticos corresponden a un 30-40% de los costes totales en la producción de cemento. Los resultados también serían aplicables a otros sectores con alto consumo energético como plantas térmicas, azulejeras, hornos de cal y altos hornos.
La sustitución de combustibles fósiles por un combustible sólido recuperado producido a partir de residuos contribuirá a reducir los costes energéticos, contribuyéndose así a una mayor competitividad de la industria.
Ahorro de costes y emisiones de CO2
Además de evitar la disposición en verdedero de los rechazos y por tanto suponer un importante beneficio medioambiental, las empresas gestoras darían además una nueva salida comercial a sus residuos.
Esta tecnología permitirá aprovechar la energía contenida de más de 1 Millón de Toneladas/año de materiales que en este momento se depositan en vertedero y supondrá el ahorro de las emisiones de CO2 que se emitirían si esta cantidad de residuos acabase en vertedero.
Los resultados del proyecto se validarán a nivel industrial mediante pruebas en las instalaciones de la cementera de CEMEX, y se patentará la solución alcanzada para explotar comercialmente los resultados obtenidos.
Con una duración de 32 meses, el proyecto “proCSR” supone un impulso a la estrategia nacional de innovación centrada en el incremento de la economía verde, ya que se dispondrá de una tecnología nueva que reducirá el impacto ambiental del depósito de residuos en vertedero y ofrecerá nuevas vías de negocio para la industria.
Estudian convertir el 68% de los residuos urbanos en combustible
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