Los dos nuevos impuestos medioambientales gravan las actividades que inciden en el medio ambiente y la eliminación de residuos en vertederos, respectivamente, y con ellos se espera ingresar anualmente 30,94 millones de euros, que se destinarán exclusivamente a políticas medioambientales. Según el consejero Vela, estos impuestos parten de la premisa de «quien contamina, paga«.
El de residuos no grava la basura doméstica, según ha precisado Vela, para evitar una doble imposición, ya que los municipios ya cobran por este servicio a sus ciudadanos. Las empresas que llevan a vertedero residuos no peligrosos pagarán entre tres y cinco euros por tonelada; los de construcción costarán 0,5 euros por metro cúbico, y los residuos peligrosos se gravarán con entre siete y diez euros por tonelada.
En el caso de las actividades que repercuten en el medio ambiente, se gravará la producción de energía eléctrica -0,0018 euros por kilovatio hora en centrales nucleares; 0,0008 euros en las térmicas, y 0,0004 euros en las hidroeléctricas-, pero estará exenta la generación eólica y solar. El almacenamiento de residuos radiactivos costará entre cinco euros por kilogramo a 1.000 euros por metro cúbico dependiendo de su actividad. Para los gases contaminantes se establece una escala progresiva con tipos de entre 36 y 200 euros por tonelada.
Leonardo García
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