Cualquier envase o recipiente que contenga un residuo peligroso en su interior debe estar correctamente etiquetado e identificado, tanto si se encuentra en poder del productor o del gestor del residuo.
Los residuos peligrosos son aquellos que presentan ciertas características de peligrosidad y pueden provocar daños a la salud o al medio ambiente. Por ello, deben someterse a exigencias de control durante su producción y gestión. La función del etiquetado permitirá, por tanto, su rápida identificación e informará de los riesgos que lleva asociados.
Ventajas de etiquetar correctamente los residuos
Una vez se haya empezado a llenar el envase, este debe ser etiquetado. Debe ser visible y no dar lugar a confusiones. Y es que etiquetar correctamente los residuos peligrosos conlleva muchas ventajas.
- Cumplir con la legislación vigente y así evitar multas. El incumplimiento de las obligaciones legales se clasifica como práctica de riesgo y acarrea desde sanciones económicas hasta la paralización de la actividad.
- Minimizar riesgos medioambientales y de salud.
- Previene accidentes al minimizar los riesgos de mezclar residuos incompatibles o por almacenarlos incorrectamente. Y si esos accidentes suceden, las etiquetas permiten reconocer rápidamente la sustancia implicada y es mucho más fácil y rápido actuar sobre ella.
- Facilitar la labor de los gestores de residuos. Esto es muy importante porque en las plantas de tratamiento de residuos debe conocerse siempre qué residuos se están procesando, con qué riesgos y qué medios deben utilizarse en su manejo en caso de vertido accidental, para no tener accidentes que puedan dañar la salud de los trabajadores de la planta y del medio ambiente.
- Mayor sensibilización de los trabajadores. La concienciación de los trabajadores aumenta si conocen los riesgos. Por ello es importante incidir en la formación para qué sepan cómo manejar esos residuos y a identificarlos por las etiquetas.
¿Cómo debe ser la etiqueta de un residuo peligroso?
En la etiqueta de un residuo peligroso se deberá distinguir de forma clara, legible e indeleble, los siguientes campos:
- Código de identificación del residuo peligroso. Es el conocido como código LER. Un código que proviene de la Lista Europea de Residuos, cuyo objetivo es armonizar la clasificación de residuos en la UE y también facilitar su caracterización a partir de su origen y naturaleza.
- Nombre, dirección y teléfono del titular del residuo.
- Fecha de inicio del almacenamiento.
- Pictograma con la naturaleza de los riesgos que presenta el residuo. En este caso se utiliza el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (GHS). Este sistema, impulsado por las Naciones Unidas, se utiliza en todo el mundo para identificar rápidamente los riesgos de los residuos peligrosos: explosivo, tóxico, irritante, inflamable, corrosivo…
La etiqueta, según la legislación española, debe tener un tamaño mínimo de 10×10 centímetros y debe estar firmemente fijada sobre el envase.
La importancia de una correcta clasificación y etiquetado de los residuos peligrosos es el paso previo para gestionarlos eficazmente. En Leonardo nos aseguramos de procesar tus desechos peligrosos de acuerdo con el marco legal vigente y asesoramos a tu empresa para que pueda obtener todos los certificados necesarios y superar con éxito las inspecciones. Y también para que contribuyas a preservar el medio ambiente y a evitar poner en riesgo la salud de otros.
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