La importancia de contar con una estrategia medioambiental está cada vez más presente en las empresas españolas. Reducir el impacto que su actividad tiene en el medio ambiente, la necesidad de cumplir con la normativa, el peso que esas acciones pueden tener en la reputación de la compañía… cualquier razón es buena si se avanza hacia un desarrollo y un modelo de negocio más sostenible.
Pero, ¿cómo debe ser una buena estrategia ambiental? En primer lugar debe ser eficaz e implicar a toda la compañía. No basta con tener un plan diseñado desde la dirección o desde la empresa de asesoramiento medioambiental. Todos deben trabajar en la misma dirección para que ese plan salga adelante y se interiorice como algo positivo. Solo así será eficaz.
El segundo paso para una buena estrategia medioambiental es conocer la situación actual. Saber de qué punto se parte y cuales son los puntos fuertes y débiles. Ese diagnóstico servirá de base para implantar la estrategia y fijar los objetivos a alcanzar. Además también es importante conocer cual es la legislación y las obligaciones que son aplicables a su actividad. Y por supuesto hay que tener presente con qué recursos, tanto de personal como económicos, cuenta la empresa para poder implantar con éxito esa estrategia.
Bases de la estrategia medioambiental
Con todo ello ya se pueden sentar las bases de la estrategia medioambiental. En ella habrá que tener presente, entre otros, los siguientes aspectos:
- Gestión de residuos. Es uno de los principales puntos. Una buena gestión de residuos, que implique el reciclaje y la valorización, ayudará a reducir la cantidad de residuos que se generan y su impacto en el medio ambiente. Esa gestión de residuos no solo tiene que ir enfocada a lo que se produce, también debe incluir la reducción de papel, del plástico y de las tintas, elementos informáticos… fomentando la reutilización y el reciclaje.
- Medidas de eficiencia energética. Así conseguiremos reducir el consumo de electricidad, agua y gas, lo que conllevará una reducción de nuestros costes, menos emisiones a la atmósfera y menos consumo de recursos naturales.
- Minimiza los riesgos. Una actividad empresarial puede conllevar riesgos de fugas, roturas… Hacer un buen mantenimiento de los sistemas e instalaciones puede ahorrar muchos problemas, tanto para la empresa como para el medio ambiente.
- Busca proveedores verdes. Uno de los puntos importantes es buscar proveedores que también introduzcan criterios medioambientales en su gestión.
- Apuesta por un sistema de gestión medioambiental. Un sistema de gestión medioambiental, bien sea el procedente de la norma ISO 14001 o del reglamento EMAS III, aporta la base para encauzar, medir y evaluar el funcionamiento de la empresa con el fin de asegurar su compromiso medioambiental.
Para diseñar una buena estrategia ambiental en tu empresa, lo más efectivo es que lo dejes en manos de profesionales. En Leonardo Gestión de Residuos contamos con un departamento de asesoramiento medioambiental que te ayudará a encontrar las mejores soluciones para tu negocio, así como las mejores técnicas disponibles para la gestión medioambiental de tu empresa. Un buen asesoramiento medioambiental hará más fácil y sencillo el tránsito hacia una compañía más comprometida con el medio ambiente.